Salida de la Tropa Tuareg de enero contada por un tropero

SALIDA SCOUT

La salida comenzó desde Plaza Castilla donde cogimos el bus para llegar a Miraflores, un pueblo no muy grande a menos de 60 Km de Madrid.

Allí comenzamos a caminar, desorientados, al no saber en qué parte del mapa estábamos. Una vez encontrado el camino que creímos correcto, nos dirigimos a un paso más bien lento a un pico, escogido por los jefes como un auténtico reto. Estos junto a Iván habían+ preparado la salida, e Iván les dijo que no íbamos a ser capaces de llegar hasta el pico, ya que era muy duro y nosotros “unos blandos”. También influyó que él en su día no lo consiguió. Así pues, fuimos poco a poco por un camino no muy costoso hasta llegar al punto donde se suponía que, dirigiéndonos por una pendiente nos encontraríamos con el pico.

El orgullo nos condenó a pasar el peor rato de toda la salida ya que con agua escasa y mucho cansancio, poco se disfruta. Además, a todo esto Juanbo se había ido junto con Jorge y Luis en busca de los cerros (Pablo y Rafa) quienes iban a llegar más tarde, y con los que habían quedado en  un punto por el que, en nuestra caminata, no pasábamos. Además, como los padres de Rafa y Pablo estaban llamando al móvil de Violeta, pero los jefes habían intercambiado los móviles y Violeta, que iba con nosotros tenía un móvil cuya contraseña desconocía. Una vez ya en la supuesta cima, vimos, al frente, otro pico más arriba y allí era donde habíamos quedado con el pequeño grupo (y que era el sitio al que Juan nos había retado llegar).

Sofocados, con poca cobertura y menos moral, Violeta, sin haber ni comido ni bebido casi nada (sola unas cosas que llevaba de emergencia con azúcar ya que la comida la tenía Juanbo, se fue acompañada de Tirso como voluntario a ese pico para ver si se encontraban allí el resto del grupo, tardaron bien poco y bien poco también les sirvió para darse cuenta de que ni ese pico era al que se refería el orgulloso jefe ni Juanbo estaba allí. Como al parecer había más cobertura, le pudo llamar y situarle más o menos en el mapa. Al ver nuestra lejana distancia, y que si seguíamos la ruta se nos iba a hacer muy tarde, quedamos con ellos en el pueblo. Este camino de vuelta fue más ameno, ya que era bajada pero la oscuridad se cernía a nuestro paso.

Por fin, a las 20.00 llegamos al pueblo, casi al mismo tiempo que nuestros otros compañeros, con los que nos reunimos en la plaza del pueblo. Mientras nosotros nos saciamos con creces la sed y quedamos tirados encima de las mochilas, la jefatura, ya reunida, fue a hablar con el cura, en cuya casa íbamos a dormir.140707_CampamentoBase_ (499)

Una vez cambiados y puesto en orden la planta donde íbamos a descansar, fuimos a un parquecillo próximo a una fuente donde cenamos por patrullas. Seguidamente divididos en los mismos grupos hicimos “la velada” que consistía en averiguar la “terrorífica historia de….” Con un tour/juego que nos preparó violeta. Como estábamos bastantes cansados, la realización de este juego dejó bastante que desear. Para finalizar el día, sacamos los sacos y dormimos la verdad es que bastante bien, ya que había sueño y calefacción.

Al día siguiente todo transcurrió más deprisa. Fuimos al mismo sitio de la cena para desayunar, recogimos todo el guirigay de sacos y esterilla y fuimos a misa, donde nos acogieron con mucha gratitud. Para no perder el bus, recogimos toda la casa poniéndola en perfecto orden y fuimos a la parada del bus, donde había un parque en el que permanecimos comiendo todos juntos con diversos aperitivos que nos compraron los jefes y nos dejaron tiempo para terminar la aventura. Finalmente cogimos el bus.

Fdo.

Javier Cortiguera Landa.

 

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